Alumnos de diversos programas académicos de la Universidad de Piura comentan qué es lo que más extrañan de la presencialidad y por qué es necesario volver a reencontrarse con profesores y compañeros de clase.
Por Betsy Salazar Guerrero. 11 febrero, 2022.El retorno gradual a la presencialidad está cada vez está más cerca, en colegios, universidades e institutos de educación superior. Si bien en la virtualidad se desarrollaron nuevos métodos pedagógicos para la enseñanza y se afianzó la relación de los profesores y alumnos con la tecnología y los recursos interactivos, la presencialidad fortalece el contacto entre los miembros de una clase, afirman estudiantes de distintas carreras de la Universidad de Piura.
José Quevedo Rabanal, alumno de Administración de Servicios, refiere que lo que más extraña de la presencialidad es la experiencia de estudio que brinda el aula de clases en términos de comodidad, ya que no todos los alumnos cuentan en su casa con espacios cómodos para escuchar sus clases sin ningún tipo de distracciones.
Asimismo, José valora la cercanía que se crea entre los profesores y los alumnos, pues se genera un ambiente de confianza para hacer preguntas o pedir asesorías después de las horas de clases.
En la misma línea, Alisamy Carbonel (Derecho), refiere que la presencialidad ayuda a interactuar más con los profesores y compañeros lo cual permite que se adquieran conocimientos de forma más dinámica y personalizada.
La presencialidad es una modalidad que favorece el aprendizaje colectivo de modo genuino, invita a cuestionar activamente y a resolver dudas. “Forjar lazos estrechos con los profesores y los compañeros nos permite crecer en el ámbito personal; y, también, de modo profesional, ya que constituye un enriquecimiento recíproco de experiencias, conocimientos y oportunidades. La tecnología no puede suplir el contacto humano”, agrega Lisbeth Farfán (Comunicación).
Por otro lado, Daphne Villanueva López (Medicina Humana), dice que, si bien la virtualidad ha permitido tener conocimientos sobre “nuestro mundo interior”, muchas habilidades manuales y de sociabilidad han sido poco cultivadas. Sostiene que, en s caso, “al ser una persona de aprendizaje muy visual, realizar un curso de cirugía sin poder hacer tareas con mis manos o vivir la experiencia en una sala de operaciones influye en mis capacidades y conocimiento de los temas”.
Además, con la presencialidad se vuelven a realizar las actividades extracurriculares que potencian el trabajo en equipo y el espíritu deportivo. “Muchos deseamos realizar algún taller de artes, volver a practicar deportes, estar en un club o en un voluntariado de manera presencial ya que todas esas actividades nos enriquecían más como personas”.
Las enseñanzas de la virtualidad
La virtualidad brindó soluciones inmediatas ante la pandemia, proporcionó nuevas metodologías de estudio, dio facilidades para el aprendizaje e hizo ver a la tecnología como una aliada en la enseñanza.
Gustavo Alberca (Contabilidad y Auditoría) acota que adaptarse a la nueva modalidad fue fácil gracias a la rapidez y disposición de todo el personal de la universidad. Las plataformas virtuales ayudaron a mantener la comunicación virtual y daban la facilidad de ver nuevamente las clases cuando los alumnos no habían entendido un tema.
“Lo que he aprendido de estas clases virtuales es a valorar la oportunidad que tenemos de seguir estudiando sin retrasarnos porque muchos niños y jóvenes no han tenido la misma suerte que nosotros”, dice Gustavo. Agrega que ha aprendido, también, “a ser perseverante para sobrellevar las distracciones que tengamos en casa y concentrarnos en nuestros estudios, así como para afrontar los problemas que la vida siempre nos va a dar, como el perder a un familiar, acota.